Cempasúchil, una flor que con sus bellos colores otoñales representa las tradiciones de Dia de Muertos que tiene nuestro país, rodeadas de historias adornan nuestras ofrendas cada que llega el mes de octubre, pero no solo eso, hoy en día podemos verla como un ingrediente adicional en las recetas de temporada.
Su misticismo se remonta a los tiempos prehispánicos con una leyenda que ha trascendido hasta hoy en día, esta cuenta la historia de amor de dos jóvenes Aztecas, Xóchitl y Huitzilin.
El romance de estos dos jóvenes comenzó cuando eran pequeños, siendo niños se divertían jugando juntos en los alrededores de su pueblo permitiendo que con el tiempo de una forma natural floreciera un fuerte amor entre ellos.
Solían subir por las tardes a lo alto de la montaña a llevarle flores a Tonatiuh el dios sol, él recibía gustoso las ofrendas de los enamorados que juraron amarse por siempre, incluso más allá de la muerte.
Un día llegó la guerra y tuvieron que separarse ya que el joven Huitzilin tuvo que marchar a luchar. Tristemente al poco tiempo llegaron noticias de que Huitzilin había sido herido y había muerto en batalla .
Xóchitl sintió que su corazón se quebraba por el dolor por lo que decidió subir por última vez a la montaña para implorarle a Tonatiuh, que la uniera por siempre con su amor. El conmovido, lanzo uno de sus rayos y al tocar a la joven la convirtió en una flor de suaves pétalos de colores tan intensos como los mismos rayos del sol.
La leyenda dice que cuando un colibrí se posa en esta flor, es su enamorado que reencarno en esta bella ave para así mantenerse unidos mientras estos dos seres continúen existiendo.
Los platillos modernos que la utilizan en sus preparaciones convierten a estos platos en portadores de historias como es muy común en la extensa gastronomía mexicana.
El cempasúchil es una flor noble que puede ser empleada en la cocina salada para hacer sopas y guisados con sus pétalos aunque esta es recomendable colocarla sin haber pasado por ninguna cocción ya que esto amarga su sabor, también puede colocarse en ensaladas para darles un toque de color interesante.
En la cocina dulce se usa en helados, infusiones, como adorno para repostería o en panadería principalmente en la preparación del pan de muerto, dándole un giro moderno que va acorde a las tradiciones de la época.
Es de suma importancia para poder comer esta flor, revisar que el cultivo sea orgánico y sin presencia de pesticidas.
Se cultiva principalmente en los estados de Puebla, Ciudad de México, Oaxaca, Estado de México, Morelos, Guerrero, Hidalgo, Durango, Coahuila, San Luis Potosí, Tlaxcala y Michoacán.
Esta flor mexicana además de ser un elemento decorativo con un particular aroma que nos recuerda las maravillas de las festividades del mes de octubre, también es un ingrediente exótico que podemos integrar en nuestra cocina para celebrar esta época de forma diferente.
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