Viaje enogastronómico por Roussillon

Viaje enogastronómico por Roussillon

Marco Giovanetti viajero y gran conocedor del mundo del vino nos narra su experiencia en Roussillon, Francia

No quiero hacer un artículo lleno de datos, sino de sensaciones. Los datos que las confirmen van llegando e irán creciendo en el futuro. Me parece que Francia sigue siendo el país del mundo que posee la más fuerte tradición vitivinícola. No me refiero solamente a cantidad de variedades autóctonas o de cifras de venta. Estoy hablando de un terruño adaptado a determinadas uvas.

La última experiencia que he vivido en Roussillon me ha confirmado esta impresión. Hay ciertas zonas que viven casi más de su pasado que de su presente (Bordeaux, por ejemplo). Las hay que tienen un pasado espléndido, un presente vivo y un futuro esperanzador como Roussillon.

Mi último viaje en Junio en esta maravillosa zona vinícola me ha dejado realmente excitado y con todos mis sentidos bien pendientes de lo que ocurre en Roussillon. Esta es una región que está renaciendo gracias a una dinámica generación joven de viticultores.

Ubicación geográfica

Los viñedos del Roussillon se encuentran en los Pirineos Orientales. Se extienden sobre unas 20.000 hectáreas y producen alrededor de 621.000 hectolitros de vino por año. Limita con el mar Mediterráneo hasta la frontera con España. Entre el mar y las montañas, el Roussillon ofrece a la viña un clima seco, caluroso y unos terruños excepcionales. Estas condiciones hacen que la región tenga una protección natural contra las plagas y las enfermedades haciendo muy propicia la viticultura orgánica y biodinámica.

Estos suelos son bastante diversos: piedra caliza, arcilla, esquisto, gneis y granito. Según Eric Aracil, director de exportación de los vinos del Roussillon, los suelos de la región son un paraíso para los geólogos. Algunos de estos terroirs han sido galardonados con diferentes apelaciones de orígenes.

Roussillon, región de la infinita diversidad

Roussillon produce el 2% del volumen de vino en Francia. La región cuenta con 14 denominaciones de origen y 3 indicaciones Geográficas Protegidas. La riqueza de los vinos se basa en las diferentes variedades de castas utilizadas (alrededor de 23). En uvas tintas, podemos encontrar las viñas centenarias de Carignan y Grenache, así como viejas viñas de Monastrell y Syrah. Por otra parte, en las uvas blancas, destacan la Garnacha Gris, la Macabeo y la Malvasía.

En este viaje, tuve la oportunidad de apreciar los vinos de Domaine Mas Becha y Domaine Boucabeille.

Boucabeille se encuentra en las laderas de la colina Forca Real, a unos 20 km al oeste de Perpiñán, capital de Roussillon. El viñedo asciende a once hectáreas localizadas en terrazas con una altitud de cien metros. La orientación es hacia el este, protegiendo a las vides del sol feroz de la tarde y permitiendo el acceso directo a las brisas frescas que emergen del mediterráneo. Las uvas plantadas incluyen Syrah, Grenache y Mourvedre, junto a Grenache Blanc, Roussanne y Macabeo.

El vino blanco Orris 2016 ( DOP Cotes du Roussillon) impresionó mis sentidos y demuestra que el Roussillon puede hacer blancos frescos con una gran capacidad de envejecimiento. Una mezcla de Grenache blanc y Roussanne,vinificado en roble y con una crianza de 8 meses, sus aromas me recuerdan a melocotones blancos y hierbas a la parrilla. En boca, el vino es redondo y carnoso con matices de frutas tropicales y una elegante final de madera.

El espíritu moderno de Roussillon se puede sentir también en los vinos de Domaine Mas Becha. En una reunión informal con Charles Perez, dueño de la bodega, también tuve la oportunidad de probar muchos de sus vinos. Charles ha tenido un rol fundamental en el renacimiento de los vinos de Roussillon. Por ejemplo, redujo el tamaño de su viña de casi el 50% y dio un gran cambio de enfoque de calidad adaptando las mejores variedades de cepas en los mejores terruños y parcelas.

Su Serrat d’en Caratx 2016 (Côtes du Roussillon AOP) es un homenaje a la variedad Garnacha. Con una producción muy pequeña (alrededor de 2000 botellas), tiene puros aromas de fruta negra con especias exóticas que recuerdan el Medio Oriente y Asia. En el paladar, es ultra suave con taninos firmes y sedosos. Un gran vino que recuerda a los mejores Prioratos y Australianos.

Roussillon también elabora algunos de los mejores vinos rosados en Francia. Collioure, puerto catalán, produce vinos rosados singulares con fuerte acento mediterráneo. Estos son vinos frescos y complejos con notas complejas de frutas rojas y minerales. La denominación de origen permite el uso de hasta el 30% de la variedad Grenache gris

De Collioure, me impresionó también las viñas en terrazas, acariciadas por la brisa del mar y saneadas por la corriente del viento Tramontana , contribuyendo también a los sofisticados sabores de los vinos. Si algun dia visitan,algunos productores a descubrir incluyen La Rectorie, Les Clos de Paulilles, Terres de Templiers.

Además se come muy bien. Collioure es un gran lugar para disfrutar de pescado fresco y crustáceos a la plancha (calamares, gambas, etc). Tuve la oportunidad de almorzar en muy buenos restaurantes como La Littorine.Una cocina sencilla y elegante poniendo el énfasis en los productos de mar y tierra catalanes.

En otra oportunidad, hablaré de los vinos dulces del Roussillon y de los vinos de Carignan, que son importantes tesoros de la región.

Revista Digital de Gastronomía y Vino de México
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Redactado por: Marco Giovanetti 

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