Ate es el nombre que se le da en México a un producto de confitería que consiste en pulpa de fruta gelificada por acción del azúcar y la pectina; suele encontrarse en bloques, rollos, láminas o cubos.
Si bien en distintos países existen preparaciones similares e incluso de las mismas frutas y técnicas, el ate mexicano merece ser reconocido y desmenuzado en su historia, de esta forma conoceremos las preparaciones y formas que son oriundas de México y las costumbres que se tiene al momento de su consumo.
El azúcar
La confitería y algunas de sus técnicas llegaron a México desde España debido a la influencia árabe que conforma su historia y cultura.
El azúcar de caña tomó importancia en el mundo antiguo cuando se logró convertir el jugo de esta planta en cristales más fáciles de transportar, con lo que se puede distribuir a diferentes partes del mundo.
Lo cierto es que la cultura árabe tuvo una gran trabajo con el azúcar y lo aprovecharon al máximo en su gastronomía. Sus numerosas conquistas y viajes influyeron en su distribución y a su vez desarrollaron otros valiosos ingredientes culinarios que hasta el día de hoy se siguen utilizando en la pastelería y confitería mundial como son el agua de rosas y la esencia de azahar.
Ate
Como ya mencionamos anteriormente el ate está elaborado a base de frutas y la más típicas son las de guayaba, tejocote o membrillo, sin embargo también existen otras versiones como por ejemplo de mango. Así dependiendo la fruta con la que se elabore se suele nombrar a la preparación, de esta manera si es de guayaba: guayabate; de membrillo: membrillate, etc.
Para elaborar este dulce la pulpa de fruta es cocinada con azúcar en cazos de cobre, proceso en el cual el contenido debe mezclarse constantemente evitando que se pegue y queme. Una vez obtenida la consistencia adecuada, dicha pasta de fruta cocida se vierte en moldes para permitir cuajar aproximadamente 3 días (dependiendo el método de elaboración) para después desmoldar y consumir.
Para su consumo es común que se acompañe con porciones de queso manchego o algún queso fresco, buscando un contraste de sabores entre los salado y cremoso del queso con lo dulce y afrutado del ate, lo que lo hace buen complemento de tablas de quesos acompañado de frutos secos y embutidos para degustar.
En México los ates más famosos son los de Morelia, Michoacán, así mismo en otros Estados de México se usa el ate para elaborar otros dulces como el nogate de monterrey, una lámina enrollada de ate de guayaba untada por dentro con cajeta de leche y nuez pecana picada.
