Secretos de la pasta fresca

Secretos de la pasta fresca

La pasta fresca es una preparación tradicional que como muchas otras recetas de esta naturaleza, guardan un lugar especial en la memoria de lugares y cocineros.

Pese a que no se sabe a ciencia cierta dónde se originó esta preparación que guarda similitud con los fideos orientales, la realidad es que los italianos crearon versiones propias que diversificaron a la pasta con toques diferentes y únicos.

Pasta fresca

Como ya mencionamos la pasta está muy arraigada a la gastronomía italiana. En dicho país europeo fue donde por medio de diferentes influencias, se llegó a esta receta a base de trigo que se perfeccionó y se fue desarrollando en diferentes formas y hasta sabores.

En esta categoría existen dos grandes vertientes la pasta seca y la pasta fresca, de las cuales desarrollaremos sus principales características de manera siguiente:

  • Pasta seca: como su nombre indica esta pasta se deja secar y endurecer, por lo que posee gran durabilidad así como facilidad de almacenaje. En su composición suele incluir sémola de trigo, agua y en ocasiones huevo. Se puede realizar de manera artesanal y como elaboración industrial es la más extendida.
  • Pasta fresca: este tipo es la que se realiza con huevo, harina de trigo, agua y en ocasiones aceite de oliva; no se deja secar y su durabilidad es menor, teniendo de conservación alrededor de dos días en refrigeración y de 7 a 8 días en congelación.

Cantidad ideal de humedad

Pasta fresca

La pasta necesita un buen balance entre los ingredientes secos y líquidos. Con esto obtendremos una masa que resulte tersa y compacta al tacto, pero no dura y/o granulada.


Amasado

Pasta fresca

Parte importante de distintas masas es el trabajo de  amasado, con este logramos promover que el gluten de la harina de trigo se “relaje” y nos proporciones la textura que buscamos, que específicamente en este caso de la pasta buscamos que sea tersa y elástica.


Cocción 

Pasta fresca

Al cocinar una pasta se busca que quede “al dente” o sea flexible y no dura pero que mantenga firmeza al masticar.

Para esto pondremos agua a hervir (1 lt de agua por cada 100 gr de pasta), con sal (10 gr por cada 1 lt de agua). Una vez que rompa el hervor agregaremos la pasta al agua hirviendo y esperamos de 2 a 5 min (todo depende del grosor de la pasta). Puedes durante este tiempo remover la pasta de vez en cuando para que no se pegue entre sí.

Cuando compruebes que la pasta esté cocida y “al dente” retírala del agua de cocción y agrégala a la preparación que desees.


Almacenado

Pasta fresca

Como mencionamos la pasta fresca posee menos tiempo de almacenaje que la pasta seca, sin embargo si está bien conservada puede durar hasta 2 días en refrigeración.

Para esto te recomendamos guardarla en recipientes herméticos y reservar el refrigerador o en el congelador donde te podrá durar hasta una semana. Ten en cuenta de cuidar que el recipiente donde lo guardes no presente humedad para que no estropee la pasta mucho más rápido.


Esperamos que con estas recomendaciones conozcas más sobre la pasta fresca y te animes a elaborarla por ti mismo. Con práctica y perfeccionando las técnicas de cocina adecuadas podrás elaborar interesantes y deliciosas preparaciones.

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