La historia del pulque es muchísimo más interesante de lo que cualquiera se pueda imaginar, detrás de esta importante bebida hay cientos de años de historia.
Una bebida muy importante tanto en el México prehispánico en el que únicamente podían beberlo los Tlatoanis como en el actual en el que se ha vuelto una de las bebidas mas representativas.
El pulque es una bebida que se originó en la época prehispánica, se elabora a partir de la fermentación del aguamiel también conocido como “mucílago” proveniente de los tipos de agaves: Agave salmiana y Agave atrovirens que se conocen como agaves pulqueros.
Fueron los toltecas quienes descubrieron esta bebida, aproximadamente en el año 1340 cuando un joven observando a un ratón ebrio salir del agave, se las ingenió para extraer el aguamiel y luego obtener el pulque.
Otra leyenda más conocida cuenta que el pulque fue un regalo de la Diosa náhuatl Mayáhuel, quien enseñó a una joven noble de nombre Xóchitl a elaborarlo. Gracias a ese regalo su padre, que se encontraba molesto porque el enamorado de su hija era tan solo un campesino, de nombre Tecpalcatzin, dejó que el amor de su hija prosperase; esta leyenda tiene otra variante en la que Papantzin y Xóchitl son padre e hija y ellos lo descubren, posteriormente llevan el pulque como regalo al tlatoani Tecpancaltzin, quien termina enamorado de xochitl, sea cual sea la leyenda que se prefiera podemos ver en ella el misticismo que rodeaba a muchos de los alimentos en la cultura prehispanica.
Los mexicas tenían las reglas más estrictas para el consumo del pulque, estaba estrictamente prohibido para aquellos menores de sesenta años y para los que no hubieran cumplido los deberes con su pueblo.
Si un joven era encontrado ebrio o tomándolo la primera vez se le rapaba la cabeza como castigo, en la segunda ocasión era castigado con la muerte por medio de golpes o asfixia, siendo ellos muy firmes con sus leyes.
A los ancianos se les permitía embriagarse durante las fiestas dentro de su casa, pero si alguien lo hacía en público de forma constante, se le castigaba con la destrucción de su casa, entre otras sanciones, tratando de guardar el orden público.
Durante la Colonia el consumo del pulque se alejo de aquellas rígidas leyes por lo que indígenas y mestizos lo bebían deliberadamente.
El comercio del pulque fue un gran negocio, pero siempre se realizaba a nivel local. El grave problema de esta bebida es que se desconocían los métodos para cortar su fermentación antes de volverse vinagre o su posible contaminación de bacterias que produjeran infecciones estomacales, debido a esto los centros de producción y consumo se encontraban muy cercanos, con una producción baja.
En 1572 los jesuitas se percataron de que podían hacer un negocio lucrativo con esta bebida por lo que empezaron a adquirir tierras por todo el rededor de la ciudad de México, sobre todo en el valle de Apan a donde llevaron la producción del pulque a niveles industriales.
Esto dio como resultado la fundación de las primeras haciendas pulqueras de México, hoy en día muchas de ellas siguen conservándose, han evolucionado en lugares turísticos donde la gente puede ver como se produce el pulque además de probar platillos elaborados con él.
En el idioma otomí se le conoce como ñogi, en la lengua purépecha como urapi y en náhuatl como meoctli, los estados de Mexico que hoy en día tienen un mayor consumo son la Ciudad de México, el estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Jalisco, Tlaxcala y Veracruz por lo que, si vives en algunos de ellos o te gustan los tours gastronómicos, asistas a alguno de estos lugares.